Los juegos y técnicas llevadas a cabo han ayudado a darse cuenta que tenemos EMOCIONES, que a veces nos cuesta reconocerlas y ponerles nombre, nos puede costar aceptar que estamos tristes porque podría parecer que nos quita hombría. Aprendimos que no sólo es necesario pedir esa ayuda psicológica cuando llegamos a estar muy mal, sino que también puede que lo necesitemos cuando lo negamos.
La Diversidad en las procedencias de las chicas y chicos participantes se convierte en toda una oportunidad para compartir situaciones comunes que viven en España. Quizá el sentir humano es más común de lo que pensamos. Durante este taller, descubrimos que Ucrania, Siria, Colombia, Senegal, Venezuela, Marruecos, Perú y España comparten muchas más cosas de lo que sentimos y de lo que nos imaginamos.